Por Fernanda Reinert
La semana pasada tuve la oportunidad de tallerear un texto con Paty Laurent. Nos comentó, entre muchas otras cosas, que debíamos leer poesía. “Se nota que tú lees poesía, y que tú no”, les dijo, severa, a mis compañeros. Mi texto no lo habíamos leído y me da gusto, porque me habría dado pena que me dijera que, en efecto, se nota que no leo poesía.
Pero claro, ¿de qué me sirve leer poesía, si no escribo ni pienso escribir poesía? Pues que al leerla, nos dijo, aprendes a escribir. La musicalidad se impregna a tus textos, las imágenes salen a relucir. Hay cadencia, hay voz. Para escribir, ya lo sabemos, hay que leer y leer mucho, pero nunca pensé que para escribir prosa debía leer verso. Supongo que no podemos ignorar de dónde venimos, y toda la literatura nace del poema. Lo llevamos en la sangre, tal vez.
Yo nunca he sido lectora de poesía. No le entiendo, la verdad. Emiliano alguna vez me dijo que era porque la poesía se leía diferente a la novela: la novela la lees en orden, de tapa a tapa y la terminas. Pero un poema no lo lees una vez y ya lo leíste, sino que regresas a él de vez en cuando, lo relees y lo retomas, lo redescubres. Paty nos dijo que tomáramos un libro y leyéramos un poco cada mañana. Supongo que lo puedo intentar. Espero lograrlo.
Me preocupa también que no tengo idea de por dónde empezar. Es, para mí, un mundo completamente desconocido. Pero bueno, ¿qué es leer sino explorar? Empezaré mañana. Luego les platico como me va.
Mientras tanto, ¿qué le recomendarían de poesía a una niña que nunca ha leído nada?
azulino, azulenco 
Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, Sor Juana, Garcilaso de la Vega, las canciones de Jaramar (cantante mexicana que saca muchas desde poesía culta hasta lírica popular); Fernando Pessoa (él o cualquiera de sus heterónimos); el Polifemo de Góngora (para que se te quite el miedo); los de ‘Rondas de la niña mala’ de Elena Poniatowska…
¡Lee las Odas de Ricardo Reis! Me imagino que en clásicas leíste algunas pero saca el llibro de la bilblio y léetelo todo. También Garcilaso y Pedro Salinas. Tengo una antología de poemas de la generación del 27 que te puedo prestar. Yo tampoco soy súper lectora de poesía, luego me pasas todas las recomendaciones que te hagan. Besitosss
Soy aficionadísimo a los clásicos. A los clásicos clásicos (Safo, Arquíloco, Ovidio, Catulo, Marcial), y a los clásicos hispánicos (Quevedo, Sor Juana, Góngora, Lope). Pero te recomiendo empezar con poetas contemporáneos. Es más probable que tengan una sensibilidad afín, y eso facilitará la apreciación de la obra y te ayudará a transitar más cómodamente hacia los clásicos. Cuando se empieza por los clásicos, y no se lee metódicamente, eso puede generar resistencia a la poesía contemporánea.
Algunas recomendaciones:
Ernesto Cardenal: Empieza por sus «Epigramas». Son fáciles de leer y de conseguir (CONARTE realizó una edición hace algunos años, pero también debes encontrarlos en línea). Excelente manera de aproximarte a la poesía latina.
Rubén Bonifaz Nuño: Busca las «Calacas» que el Colegio Nacional editó en 2003.
Eduardo Lizalde: porque es genial. Vaso Roto tiene una antología suya. Aquí tienes una muestra de su obra: http://www.materialdelectura.unam.mx/images/stories/pdf5/eduardo-lizalde-147.pdf
«Reloj de sol» de Gabriel Zaid, pero empezando por la sección de «Práctica mortal», y de allí te vas para atrás. Puedes saltarte, de entrada, «Fábula» y los «Sonetos en prosa».
Héctor Carreto: Acaba de publicar con Almadía un libro sobre Superman (por si te gustan esas cosas). No es particularmente genial, pero es entretenido. Un libro suyo que destaco es «Coliseo»: la edición más actual del libro lo encuentras con ALJA. Y aquí hay una antología suya: https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxtdWVzdHJhcmlvZGVwb2VzaWFhanxneDo2OTJlZjY5NzViZjU3NTBl
Ricardo Castillo: «El pobrecito señor X» es un clásico. No sé dónde encontrar una edición física, pero tengo una versión digital, si te interesa.
Y algunos más recientes: toda la obra de José Eugenio Sánchez (editada por Almadía), los libros de AE Quintero (particularmente «Cuenta regresiva», que editó Era; y «La telenovela de las cuatro no se detendrá porque alguien logró matarse», editado por Simiente), los «Epigramísticos» de Minerva Margarita Villarreal, los «Poemas de terror y de misterio» de Luis Felipe Fabre; cualquiera de los libros de Minerva Reynosa; «Material peligroso» de Gaby Cantú, que acaba de reeditarse bajo el sello de Hiperión.
También écharle un ojo a los títulos de poesía del Fondo Editorial Tierra Adentro. Cuestan 60 pesos.
Y, bueno, pues comenzar por allí.
Que leas a Mistral, a Elvira Satre, a G. Urbina, a Nájera y a Sabines